El poder del silencio

“Imaginen que tienen ocho piedras, una de las cuales pasa más que las otras. Cuentan con una balanza pero solo la pueden utilizar dos veces, como seleccionan la piedra pesada con certeza?”

Lo que no se dice a veces pesa tanto o más que lo que si decimos. A veces el poder interpretar lo que no esta dicho no da una ventaja sobre los demás. Como se soluciona la pregunta anterior? Tenemos que ver lo que nos dice la balanza pero también lo que no nos dice. La primera idea siempre es pesar cuatro y cuatro, seleccionamos las más pesadas y luego pesamos dos y dos, aquí se nos acaba el uso de la balanza y luego adivinamos al fin que tenemos 50% de chance.

La segunda opción podría ser pesar tres y tres, o dos y dos o cualquier otra combinación rara. Pero solo hay una que nos lleva hasta la solución. Pesamos tres y tres, pero y las otras dos? Por eso la importancia de lo que no nos dice la bascula. Pesamos estos dos grupos de tres y vemos, si ambos pesan lo mismo la piedra debe estar fuera, así que pesamos las dos piedras por separado y podemos escoger la que buscamos. Si por otro lado, un grupo pesa más que el otro la piedra que buscamos debe estar ahí. Así que volvemos a dividir ese grupo y pesamos una piedra de cada lado. Si ambas pesan lo mismo, la que buscamos será la que no fue pesada, y si la balanza se ladea para algún lado ahí estará nuestra piedra.

Es difícil resolver el dilema si no nos damos cuenta que una parte importante de la información estará fuera de la balanza. Lo mismo nos pasa en la vida, hay ver lo que no es aparente para poder entender lo que nos rodea.