post de la serie "trencadis" cortesia de Josep
Ahora que acabo de cumplir 65 años, no conduzco automóvil; no soy ni rico ni pobre; y no soy creyente.
Lo de conducir no es ningún problema, solo hay que tener un carné que te autorice, y para tener este carné tienes que estar en perfecto estado de salud física y mental, y esto lo tengo.
Para ser rico o muy rico también estoy preparado. Toda mi vida me he estado preparando para ser muy rico. Tengo gustos refinados, me gusta todo lo bueno, soy buen gourmet a pesar de mi falta de olfato, se comportarme en la mesa y usar todos los platos y tenedores, se beber el buen vino, aunque no sea un enólogo. Me gustan las mujeres guapas e inteligentes, y soy bastante educado con todo el mundo, aunque conecto mejor con las personas cultas que con las garrulas. Tengo una gran cultura, en comparación de la media, y puedo hablar de muchas cosas durante mucho tiempo, igual que hablar en público. También estoy preparado para ser bastante más pobre de lo que soy por que ya no tengo la responsabilidad de mantener unos hijos y esposa, y con poco o menos me conformo. Me gusta comer platos muy económicos y beber vino barato o agua fresca.
Estoy preparado para ser longevo o muy longevo aunque la muerte, después de 65 años, me preocupa menos que cuando criaba a mi familia. Siento que he hecho muchas cosas en la vida y que la he aprovechado intensamente, y las cosas que no he hecho, es que en verdad, no me interesaban demasiado o nada.
No estoy demasiado preparado para la enfermedad ni la gran enfermedad. Temo el dolor y el retroceso brusco de las facultades físicas y mentales. Con Merçé y Montserrat, mis hermanas, nos preguntamos a quién le tocará sufrir la demencia senil que ataca a las mujeres de la familia y no nos gusta seguir viviendo en estas condiciones.
En la lotería de la suerte, prefiero que no me toque la lotería a que me toque un cáncer.
No soy creyente ni practico ninguna religión aunque fui bautizado y confirmado en la religión católica, y educado intensamente en esta religión. Mi fe nunca ha existido pero estoy preparado para ser creyente y practicante, aunque me aburra un poco la liturgia. Por no ser, no soy ni creyente Montserratino.
Es que Dios nunca se ha manifestado conmigo y lo más seguro que nunca se manifestará, y a veces, como le sucedió a Job, mejor que se olvide directamente de nosotros.
Sin ser creyente, creo que Dios, Yavé, Jehová y Alá son lo mismo. Lo que no puedo creer que arriba, en alguna parte, existan cuatro dioses. Solo hay un Dios omnipotente y creador de todo. La idea de la creación y de la evolución, son compatibles, y la ciencia moderna lo va desarrollando y la gente de mente abierta y sin fanatismos, lo puede entender.
Espero que Dios me perdone por lo que escrito, pero puede estar seguro que nunca lo invocaré para iniciar una guerra de devastación o para asesinar a personas inocentes o culpables. Me estoy preguntando, aún con mi falta de fe, si Dios no estará mostrando su inconformidad con los Estados Unidos, con la ola de desastres que están causando en los estados del sur, enviando uno y otro huracán. Pero está causando mucho dolor innecesario a personas que no son culpables y los verdaderos culpables siguen tranquilamente de vacaciones y bien resguardados de cualquier peligro. Dios no puede estar al lado de los poderosos y dejar, ahora si, de la mano de Dios, a los menos favorecidos.
Napoleón, Julio César, Alejandro Magno, Hitler, Musolini, Franco, por decir unos cuantos nombres de poderosos, acabaron muy mal, pero mientras vivieron y estuvieron en activo haciendo daño, lo pasaron tan ricamente. Mientras, millones de personas fueron torturadas y asesinadas sin tener ni un buen momento en sus vidas.
Mi falta de fe sigue intacta.
miércoles, diciembre 06, 2006
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